Con la llegada del frío y la continua baja de las temperaturas, uno de los elementos que cobra especial importancia en los autos es el sistema de refrigeración del motor. Por eso, insistimos en lo importante que es revisar en esta época del año todo el sistema en un taller de confianza, desde el líquido refrigerante a los elementos mecánicos que lo conforman.
La bomba de agua es el componente del sistema de refrigeración de los vehículos que más asistencias en carretera requiere, por delante de las relacionadas con el radiador, la distribución, el termostato o el líquido refrigerante. De hecho, en España, se situó entre los 10 principales motivos de asistencia de carretera el pasado verano, detrás de las fallas más habituales (batería, neumáticos, motor, accidente, bomba/inyección diésel, motor de arranque y embrague).
Hablando un poco en términos generales, podemos decir que, el funcionamiento principal de una bomba de agua en un vehículo es asegurar una circulación constante del refrigerante hacia el radiador para que así el sistema de refrigeración pueda mantener el equilibrio térmico del motor en perfecta armonía. Un funcionamiento inadecuado o una falla puede tener serias consecuencias sobre el motor. De ahí la necesidad de incluir la revisión del sistema antes de la llegada del invierno. Si lo hacemos a tiempo, podemos prevenir problemas en nuestro auto y también ahorrar dinero, ya que cualquier falla es mucho más costosa.
Cabe señalar que el líquido refrigerante (o anticongelante) realiza una función fundamental, ya que es el encargado de absorber parte del calor generado en los motores de combustión interna en su funcionamiento. Este líquido recorre el circuito interno del motor evitando el sobrecalentamiento de sus partes principales, ya que un exceso de temperatura podría fundir los pistones, la junta de culata, o incluso, provocar una explosión interna.
Este fluido, en invierno, sufre un importante desgaste por lo que es fundamental evitar que su nivel caiga por debajo del recomendado. Lo que se recomienda es sustituirlo cada dos años o 40.000 km, lo que ocurra antes. Otro factor importante es que es fundamental evitar un refrigerante de mala calidad, porque puede afectar negativamente en la vida útil de la bomba de agua.
Lo ideal en esta época es comprobar el nivel del anticongelante al menos una vez al mes, para hacerlo, debemos abrir el capó del coche (siempre con el motor frío), localizar el depósito del líquido y ver que su nivel se encuentre entre el máximo y el mínimo. Si vemos que el nivel desciende de manera muy rápida puede significar que hay una fuga en el circuito, con lo que es importante acudir a un taller mecánico.
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